Reflexionando sobre la autoestima, la autocompasión y la autoaceptación

¿Qué es eso de la autoestima? 

El concepto de autoestima significa cosas ligeramente diferentes dependiendo de qué autor nos hable de la misma. Posiblemente la versión más útil de su significado es la de entenderla como autoaceptación de uno mismo y afecto hacia uno mismo. 

En mindfulness (herramienta que forma parte de las técnicas de tercera generación de modificación de la conducta, basada en técnicas tradicionales como la meditación zen) esto mismo es lo que significa el desarrollo de la aceptación y de la autocompasión (en el sentido de quererse a uno mismo). De hecho, a través de las meditaciones, cual hipnosis, mediante la relajación se ejercita la compasión. Uno se reprograma a sí mismo obligándose y habituándose a tomar ciertas actitudes fundamentales, como la autocompasión con uno mismo y los demás. 

La aceptación de uno mismo es un aspecto muy importante, al igual que lo es la aceptación de la vida, de los demás y de nuestra propia vida emocional. Ya comentábamos aquí sobre el tema. Es probablemente el paso previo a otras estrategias. Intentar evitar nuestro mundo interior (evitación experiencial) puede traer problemas a largo plazo. 

De todas formas es necesario decir que usar la aceptación como herramienta no implica no buscar cambios (este es un error que mucha gente da por sentado). Tampoco significa que en nuestra vida debamos de “tragar con todo lo que nos echen”. La aceptación, es una herramienta más, aunque una herramienta clave sin duda aplicada en conjunto con otras estrategias. 

Antes de la autoaceptación viene el conocimiento de uno mismo, conocer cuál es el programa, cuáles son los deberías que nos decimos (Ellis), muchos de los cuales se basan en supuestos irracionales y nos llevan muchas veces a juzgarnos y no aceptarnos.  Llaves inglesas que hemos programado o nos han inducido.

Esta es solamente una entrada reflexiva, sin aplicaciones prácticas. No es una guía para poner en práctica nada de nada…